La Inteligencia Artificial le cuesta caro a Deloitte: reembolso millonario en Australia
El reembolso parcial que Deloitte realizó al gobierno australiano tras detectar errores en un informe elaborado con herramientas de inteligencia artificial pone en evidencia un riesgo concreto: los modelos generativos pueden producir contenido verosímil pero incorrecto, y en entornos sensibles esto tiene consecuencias económicas, legales y reputacionales.
La consultora Deloitte acordó devolver el último pago de un contrato firmado con el gobierno australiano, tras admitir el uso de inteligencia artificial generativa en la elaboración de un informe oficial. El documento, valuado en 440,000 dólares, contenía errores en citas y referencias, lo que llevó al Department of Employment and Workplace Relations (DEWR) a solicitar un reembolso parcial.
En diciembre de 2024, el Department of Employment and Workplace Relations (DEWR) del gobierno australiano contrató a Deloitte para revisar el sistema automatizado de sanciones del programa de bienestar social. Este sistema se encarga de verificar el cumplimiento de obligaciones por parte de los beneficiarios y aplicar penalizaciones automáticas en caso de incumplimiento. El objetivo del informe era evaluar si el diseño del sistema coincidía con la legislación vigente.

El documento, publicado el 4 de julio de 2025, identificó deficiencias estructurales importantes: falta de trazabilidad entre las reglas operativas y su base legal, fallos técnicos en la infraestructura digital, y una lógica de funcionamiento centrada en la penalización, impulsada por supuestos punitivos sobre los participantes. Sin embargo, semanas después, el Australian Financial Review reveló que el informe contenía errores graves en citas y referencias, incluyendo estudios inexistentes y una cita falsa sobre el caso judicial Deanna Amato v Commonwealth, relacionado con el sistema robodebt.
En el plano político, la senadora laborista Deborah O’Neill expresó preocupación por el uso de IA en procesos de contratación pública y cuestionó la falta de supervisión humana. “Deloitte tiene un problema de inteligencia humana”, declaró, sugiriendo que un reembolso parcial equivale a una disculpa parcial por un trabajo por debajo del estándar. También pidió mayor transparencia sobre quién elabora los informes contratados y qué herramientas se utilizan en su desarrollo.
A pesar de los errores editoriales, el diagnóstico técnico original del informe se mantiene: las observaciones sobre deficiencias estructurales, trazabilidad normativa y defectos en el sistema informático siguen vigentes. El DEWR reafirmó que las recomendaciones continúan siendo relevantes para futuras reformas en la administración del sistema de bienestar.
El caso de Deloitte es una oportunidad para replantear cómo combinamos talento humano y herramientas avanzadas.
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